Resumen
Aunque odiamos a ciertas personas conseguimos estar en paz
con ellas porque aún así tienen un lugar en el corazón de alguien. Es por ello
que al sentirnos bien pensando de esta manera, encontramos una forma de amor
hacia aquellos a quienes odiamos o recelamos. No es un amor egoísta, sino una
especie de amor respetuoso.
Tema principal
El sentimiento de paz hacia personas a las que odiamos.
Estructura y
organización de las ideas
A través de la antítesis, la ironía y la contradicción la
autora nos da a conocer el afecto hacia aquellas personas que no queremos. Este
tema se encuentra al final del poema, con lo que la estructura con la que nos
encontramos es inductiva, dividida en dos partes: la primera parte abarca desde
"Debo mucho..." hasta "... ni procura arrebatar." Nos explica la nueva forma de apreciar a los no amados
sin ser amor romántico o especialmente afectuoso como sería con aquellas
personas a las que si queremos; y la segunda parte desde "No los
espero..." hasta el final, donde se aprecia la antítesis entre amor
generoso y egoísta siendo apoyado el amor generoso.
Comentario crítico
En el poema Wislawa
Szymborska nos divide el amor en dos tipos: el afectivo y el egoísta, decantándose
por el primero por ser el más honrado.
El amor egoísta es lo más parecido al amor romántico o
cariñoso que tenemos hacia la familia, los amigos, las parejas,… Es decir, sólo
abarca a un sector reducido del entorno social de cada persona. Por el
contrario, el amor generoso está en todos los ámbitos, sea la persona que sea.
Esto último podría ser verdad en ciertos casos, pero no en
todos. No todo el mundo puede llegar a sentir ese amor generoso. Es más, tal y
como lo expone la autora no definiría ese sentimiento como honrado, sino como
indiferencia hacia la persona: si le va
bien, bien y si le va mal, pos bien también. Al fin y al cabo por eso existe el
sentimiento de odio, en cuyo caso contrario no se odiaría a la persona sino que
nos sentiríamos afectuosos hacia ella.
En cuanto al llamado amor egoísta, éste aparece en todas las
personas. Este amor viene dado porque la otra persona nos hace sentirnos bien y
por tanto sentimos ese aprecio tan fuerte. Esa persona no nos resulta para nada
indiferente, nos resulta importante en nuestras vidas y nunca desearíamos que
le ocurriera nada. Por eso se llama amor y no de otra forma en cuyo caso hablaríamos
de odio.
Puedes amar a una persona que antes odiabas o puedes odiar a
una persona que antes amabas. Pero para sentir un mínimo de amor generoso hacia
alguien, antes tienes que dejar de odiarla; porque el amor generoso hacia una
persona a la que no se quiere, no es más que pura fachada.
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